Tuesday, November 29, 2005

Sunset

Duelen las tardes,
las tardes todas y el anhelo incierto de un tiempo compartido junto al mar.
Duelen los parajes calmos
la angustia que se mece y es siempre la misma, aún en la orilla.
Duele
la soledad que no se acepta,
el silencio en el que nace esa única mirada necesaria,
distante hoy...
Duele
trastabillar a corazón completo,
amar por vez primera sin caricias de tiempo en lo poco que queda.
Duele
lo que es tan solo corazón que se sabe hoy de un único dueño.
Duele porque él no lo sabe, a pesar de la claridad de mis cartas, de mis líneas impares.
Duele porque nunca respondió que confiaba en mí, y esa fe sigue siendo la única palabra necesaria.
Duele porque no me busca, porque hoy comprendí que esta lejos y agonizo.
Duele porque aún no me abraza, porque tarda y se detiene en multitud de viajes y demoras.
Esta tarde duele, como duelen las puestas de sol que no hemos visto juntos, la posibilidad dormida, esperanzada qué se yo...de alguna vez, qué se yo...
de alguna vez, quién sabe...

Tuesday, November 22, 2005

Magnolia

A Vicente Aleixandre y Jorge Wiesse R.

Ser magnolia
jamás rosa ni violeta
sencillamente magnolia
suspendida
elevada
idealizada
inaprensible
cerrada aún
a la suavidad de la caricia lejana de mi árbol


Vanessa

Saturday, November 19, 2005

Un camino se muestra


Un camino se muestra ¿A dónde conduce ese pasaje solitario de silencio? la palabra no dicha en nuestra sola presencia ¿Por dónde va lo imaginado? Hacia dónde si mis manos tienen miedo a sostener tus cartas, si le temen a ese diálogo intenso, dolorosamente público e incierto...nunca pronunciado solo para mí, nunca.
Una sola compañía en mi camino es la que busco, una sola palabra tuya liberada de miedos la que me hace falta.

Thursday, November 17, 2005

Esperanza

Te esperaba
como se espera a la quietud del agua
reflejar la imagen ondeada de un único rostro en aquel lago
Como se espera en cada mañana una oportunidad
para ver sonrisa en los ojos del cielo
y de mi lado tú
con tu mirada tranquila
entretenida en repasar con los dedos
el perfil ausente de aquella que te aguarda.

Tuesday, November 08, 2005

Sueños

Acabas de despertarme. Son las seis de la mañana ya.
Desde lejos llegaba tu voz que pronunciaba suavemente mi nombre, Vanessaaaa -decías- y esbozabas una sonrisa en los labios. Gritabas desde la distancia que acababas de... ...
Me sacaste de mi distracción con tu llamado, volví el rostro hacia ti y sonreí mientras me disponía a ir en tu encuentro para escuchar de cerca la noticia que no alcanzaba a escuchar ni a leer en tus labios. Pero entonces tu empezabas a correr, a correr, a correr en una dirección contraria a la mía sosteniendo un papel en la mano. Dejé cuadernos, libros, mi maleta, dejé todo en la única banquita que hay frente a la biblioteca y empecé a correr, a correr, a correr hacia ti como persiguiéndote en un juego de niños en el cual buscas ser alcanzado. Pero mi carrera era lenta, no lograba llegar a ti y comenzaba a relegarme entre una muchedumbre que de pronto salió de la nada y también corría en tu encuentro. Toda esa multitud me hizo perderme. Llegué segundos más tarde al lugar, pero ya no estabas. Y en aquel momento te busqué, te busqué, te busqué cada vez más desesperadamente y no supe hallarte. De pronto un dolor agudo en el corazón me sacó de mi sueño. No es la primera vez que surges sin mi permiso en ellos, pero las otras dos veces no fueron tan dolorosas ni me despertaron con tantas lágrimas en los ojos.