Thursday, January 05, 2006

Días de enero

Para ti Michelle


Cada año que nace trae consigo multitud de regalos y alegrías cotidianas. Terminar la carrera luego de largos años, por ejemplo; la sonrisa de mamá acariciando tierna el nacimiento del primer hijo de nuestro gato (tan bellamente parecido a su padre); leer nuevos libros y ver películas que no esperabamos nos trastoquen, quien sabe para siempre. Conocemos gente nueva, nuevos lugares, nuevos sabores del mismo café de la tarde, nuevos olores, nuevas miradas, nuevas formas de suspirar el viento en nuestro rostro, colores distintos en un cielo matizado de una Lima contradictoria, llena de veranos que no quieren ser pero son sin remedio. Sobre todo sucede que amamos, nos desengañamos y sufrimos, caemos contra el suelo de la realidad mientras monologamos un poco a solas y comprendemos que todo caminar supone levantarse, a pesar que aquello traiga consigo, suponga, dolernos un tanto de aquello que no se disuelve fácilmente a pesar de que un nuevo año se inaugura. Sucede que al corazón le interesa un bledo aquellas marcas temporales que suponen cerrar un calendario e inaugurar otro, con unos cuantos días marcados, claro está, pero allí con esas fechas que se cierran y otras páginas en blanco que se abren a nosotras llenas de promesas.
Lo más maravilloso Mishi es que también ocurre que un hecho cotidiano y pequeñísimo en el mapa que configura nuestras vidas, nos permite recobrarnos y seguir adelante, como aquella de cruzar una calle una tarde cualquiera y ver que un niño te sonríe del otro lado sin motivo aparente, y te mira comprensivo como si lo entendiera todo,como si resolviera las preguntas y te abrazara la amargura, suavizándola. Por un segundo como ese recobras la sonrisa y le devuelves la mirada amable, sonríes también mientras una lágrima traviesa rueda en tus mejillas por enésima vez. A pesar de las privaciones, tristezas, perdidas irremediables ocurren cosas como esas ¿Cómo no vivir entonces?
Algo sí puedo decir. Soy una ciega que abrió los ojos un buen día y conoció el amor. Aunque no lo haya podido tocar Michelle, creo que sigue valiendo la pena. Todo aquello lo vale y sin arrepentimientos. Te quiero mucho.
Vanessa

La foto la envió Roberto. Depende de una ir limando las asperezas que nacen en la piel de un nuevo año erizo. Mereces lo mejor,merecemos lo mejor, sobre todo alguien que no nos haga esperar ni buscar, sino alguien que también nos busque y nos aguarde. Cariños siempre. V.

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