Monday, April 17, 2006

Otoño

Sunday, April 09, 2006

Hoy soñé contigo Nick, hace meses que no aparecías en mis sueños. Me has dejado una cálida sonrisa y una preocupación, también, ahora que no sé de ti desde tu despedida y yo a veces me siento impulsada a seguir escribiendo algunas cosas para ti como una mujer que monologa en solitario. Digo que hoy soñé contigo porque no fue anoche, sino hoy, poco antes de las cinco de la mañana en que mi hermana me despertó por el volumen a que había puesto el DVD de En el nombre de la Rosa.
En mis sueños un antiguo profesor nuestro daba una cátedra en inglés en los jardines de mi casa. Sí, ya lo sé, eso ocurre sólo en los sueños, pero deja que te siga contando. Él hablaba con una brillantez espectacular sobre una investigación que había hecho, sus palabras eran magníficas pero se entrecruzaban extrañamente con unas otras parecidas a las de Umberto Eco. Yo, que estaba dormida, desperté en mis sueños y salí de mi cuarto atraída por la curiosidad. Desde el balcón de mi piso pude verlo en el jardín de la casa dirigiéndose a los alumnos que llegaban a ella por no sé que puertas e iban llenado todos los alrededores del primer piso, el patio, el jardín y se colaban por las escaleras que daban a mi piso. Lo escuchaba desde allí, encantada, hasta que percibí una mirada muy fija en mi y volteé a mirar a un costado desde el lugar en que se proyectaba. Eras tú, eras el mismo y a la vez estabas distinto, pero eras tú. Tu mirada inspiraba el mismo efecto de siempre y yo huía la mía distrayéndola disimuladamente entre las otras personas que te acompañaban sin dejar de turbarme, sorprendida. Pero seguía viéndote, estabas delgado y habías dejado crecer un poco de barba en tu rostro, tenías el cabello no tan crecido, lo mantenías como en la última fotografía que antepusiste en la solapa de tu última carta. Permanecías sentado en uno de los lados del jardín , justo frente a mi balcón y muy cerca del profesor al que escuchabas con atención. Te veías muy bien Nicolas y el corazón me daba vuelcos mientras distraía la mirada por otro lado. En unos segundos que parecían eternos empezé a mirarte nuevamente y esta vez tú tampoco disimulabas que tus ojos eran para mí. El corazón me daba vuelcos calmos y dejaba de escuchar al profesor sin saber que hacer, si bajar al primer piso corriendo, si quedarme allí y esperar que tú subieras pues te habías levantado de tu lugar y parecía que ibas a subir o yo ir hacía ti. justo en ese momento el profesor empezó a hablar mucho más fuerte, esta vez sus palabras eran claramente las de Eco, o mejor dicho las de Sean Connery. Entonces desperté, mi Hna. veía la película y eras casi las cinco de la mañana. Desperté sobresaltada, con una sensación muy buena en el corazón, aunque triste por la interrupción. Quise seguir soñando y ya no pude conciliar ni continuar mi sueño. Poco después, salí de mi dormitorio a tomar fotografías al jardín, al paisaje de neblina que se colaba en el horizonte, al rato sentí frío y volví a mi cama. El cielo empezaba a ponerse de un suave celeste. No hace mucho me levanté pues no he podido conciliar el sueño, abordé a mi hna en la ducha, me dispuse a lavar mi rostro con un poco de jabón y a colocar Aquafresh en mi cepillo mientras miraba extrañada y sonriente el espejo del tocador. Mi hermana que siempre esta atenta a mis silencios me pregunto porque sonreía desde el espejo. Le respondí ¡Volví a soñar con Nicolas! No fue necesario que le dijera más, ella sabe que es razón suficiente.
Cayendo en la realidad ahora debo irme a votar, ya veremos quien sale y gobierna nuestro país los próximos años. Dios y las buenas decisiones nos iluminen. Mira que va saliendo un poco de sol, a lo mejor y las cosas salen bien hoy para todos.
Buenos días Nick, tal vez no nos volvamos a ver, empiezo a resignarme a ello. Al menos sé que ahora sabes que te quería, que mi corazón correspondía y aún se empecina en un sentimiento parecido al tuyo. Desde cuándo, no lo sé, seguramente a partir de algún momento que no puede delimitar con exactitud. Hace más de dos veranos que te piensa sin poder ponerle remedio a esa locura. Supongo que así es el amor y así este corazón que siempre me da sobresaltos. Ocurre lo inesperado cuando creo que ya estoy logrando olvidarte, de la nada pasan cosas que me dan la contraria. El corazón se empecina en verte, aunque sea en sueños.

Vanessa

Saturday, April 08, 2006

Neblina

Siento frío. No sé si eres tú el de la silueta que parece acercarse desde allá, tan lejos, en mis sueños...no, no sé si eres tú.
Tampoco sé si vendrás hoy, mañana, si me tomaras por fin de las manos sin decir palabras. No lo sé, hay tanta neblina esta noche, se cuela por mi ventana y no me deja dormir. ¿Volveré a verte Nicolas? No es posible ser Penélope ni esperar tanto tiempo.

Wednesday, April 05, 2006




"Ter problemas na vida é inevitável, ser derrotado por eles é opcional."
(Roger Crawford)




Envío de Jayme Tijolin

Sunday, April 02, 2006

Abril

Abril empieza con una sensación de tristeza sin ti, Nicolas. Otro mes que culmina y uno que se inicia sin poder verte, sin saber dónde estas, con quién caminas, si me extrañas alguna vez como yo lo hago a diario. Te extraño Nick, todos los días lucho en vano conmiga misma para olvidarte, pero tu recuerdo me vence, no me permite el olvido. Ya no puedo luchar, sólo aceptar lo que siento desde mi lado. ¿Me entiendes alguna vez?
Desde mi última carta sigo escribiendo otras tantas para ti sin poder enviarlas. Mi acostumbrado silencio, supongo, o probablemente por pudor, ya no lo sé. Ocupas largas páginas del cuaderno que me sirve de diario, varias páginas de mi vida que no puede despedirse de ti sin sentir agonía. Por eso nunca te digo adiós, creo que nunca podré hacerlo. No puedes irte, Nicolas, no puedes, no debes. Necesito volver a verte, tal vez entonces pueda al fin dejar de buscarte en la mirada de otros seres que pasan a diario por mi vida, sin poder llenarla. Me urge salir de casa, levantarme, dejar de dormir tantas horas, abrir las cortinas de mi cuarto para encontrarte. Necesito verte Nick, volver a verte y no decir palabras, hacer como cuando ya todo esta comprendido entre dos personas. Tal vez sólo sea necesario volver a vernos, abrazarme a ti, por fin, y dejar que me abraces.