Wednesday, December 28, 2005

Cartas de amor

La película la vi en el cable ayer lunes, un día después de Navidad, hacia alguna hora de la tarde que no recuerdo bien (tal vez 2 ó 3 p.m.). Al parecer la volvieron a repetir hoy, pero no pude verla por diferentes circunstancias. Principalmente por el correo postal sobrecargado que envió abuelita María por Navidad y determinó mis viajes reiterados a Barranco desde hace dos semanas; y no precisamente a visitar a mis tíos y primos, sino a pedir información sobre un envío postal pre-navideño que nunca terminaba de llegar al Serpost local colmándome de una impaciencia insufrible. Pero, como dije, lo que quería es hablar de la película. La descubrí mientras hacía zaping e intentaba sacudirme la nochebuena, algo asi como sin querer queriendo. De hecho, el enganche con el tema de las cartas o envíos postales de la película -como el que yo esperaba- fue inmediato, pues esta también tenían que ver con el tema de las correspondencias, aunque con un tono más interesante y romántico que el mío. La cuestión es que mis premuras cotidianas fueron ganadas por la película, haciendo que el film me contagiara un dolor agudo que no creía posible. Toda esa sensación aún permanece conmigo, tal vez a ustedes les guste cuando la vean. El film tiene mucho de belleza sentimental que puede llegar a ilustrar algunas letras o hacernos vivir con imaginación doliente otras tantas. Aunque comencé a ver la película iniciada, quiero contarles lo que vi y animarlos a mirarla.

El film fue dirigido por Stanley Doney bajo el titulo de Cartas de Amor ( Love Letters-1999) y al parecer esta basado en la obra de A.R.Gurney. Trata de una pareja de muchachos llamados Melissa Gardner y Andrew Ladd unidos por un amor infantil que se cimenta en un tipo de contacto escritural bastante romántico: el intercambio de cartas personales a lo largo de la vida de la muchacha. Doney construye una historia a partir de la carencia de acciones argumentativas que desarrollen la novela de sus personajes al modo de las películas comunes y silvestres, como esos films de cuadros un tanto lineales a los que solemos estar acostumbrados. Por el contrario, en ésta el director ubica a Melissa (una mujer delgada, rubia y de ojos claros) en constante "diálogo" con Andrew (un muchacho alto y de preciosos ojos celestes, amigo, confidente sentimental enamorado eternamente de ella y también su amante). Ambos personajes se constituyen como completo y único centro integral de la película. En ésta, la historia se desarrolla a partir de un sugerido acto de lectura de cartas, que son más bien parlamentos conversados de los dos personajes, en la que el paso del tiempo se va ilustrando con el cambio de trajes, peinados y traslados por los diferentes rincones de una misma sala de estudio a lo largo de todo el film.
Tanto Melissa como Andrew van “leyendo” o “conversando” sus cartas cara a cara, al modo de una plática común. Las noticias, preguntas y respuestas de los dos son esperadas, y otra veces emitidas en dirección contraria con o sin obtención de respuesta alguna. A lo largo de esta extensa lectura de cartas convertida en conversación se puede reparar en las miradas atentas y/o evasivas con las que los personajes interactúan mientras se escuchan o evaden mutuamente. Se tiene por ejemplo manifestaciones de silencio o interrupción comunicativa cuando uno de los actores le da la espalda a su acompañante, no responde la pregunta o desaparece de la escena.

La película sugiere, a partir de recursos actorales y escénicos bastante sencillos, que las cartas se van intercambiando a lo largo de varios años comportando respuestas puntuales o demoradas, ausentes, silenciadas, interrumpidas o evadidas que alimentan y complejizan la relación comunicativa de la pareja. El nacimiento del amor entre ambos nace en la infancia y se solidifica de modo imperecedero en la absoluta confianza recíproca, el conocimiento mutuo y profundo de los pensamientos, sentimientos, debilidades y virtudes de cada uno por parte del otro. La historia de ambos, es una extensa, complicada y romántica carta de amor, por demás dolorosa, desarrollada a partir de la comunicación epistolar que los dos inician siendo muy jóvenes. Steven Weber (Andrew), encarna a un muchacho sumamente especial, un amigo personal que por haber estado muy cerca de ella, la conoce demasiado bien y se enamora de cada una de las cosas íntimas que forman su forma de ser. En el film se muestra siempre temeroso de confesarle su amor de manera directa, al parecer por algún tipo de timidez extrema que ha ido acumulando en sí mismo desde niño. La peculiaridad de su carácter lo convierte en un muchacho romántico que gusta de escribirle cartas a ella en una era de tecnología telefónica evidente. Laura Linnley (Melissa), interpreta a una muchacha bella y moderna, le pide que la llame y o visite con un constante y nulo éxito. El motivo de la negativa es el romanticismo de Andrew, es decir, de la enternecedora idea de que las cartas son como una suerte de registro imperecedero de las palabras que le remitía, “un papel al que ella siempre podría volver cada vez que lo quisiese”, algo que no podría suceder con las llamadas telefónicas, que eran más bien acciones temporalmente finitas que se perdían en el espacio apenas colgado el auricular telefónico. Por diferentes circunstancias -en las que media la espera de ella y la indecisión tímida de él- el teléfono ganó, y con él otro muchacho que si moría por llamarla y con el cual Melissa termina casándose. Andrew, por medio de una carta, rehúsa asistir a su boda e interrumpe las misivas para evitar el dolor. Las cartas expresan todo un juego de circunstancias dolorosas que ponen en debate una concepción del amor romántico nacido en la infancia, alimentado y construido a través de palabras.

Con el casamiento de ella y las consecuencias de la convivencia infeliz con un hombre que no ama, se reinicia el contacto comunicativo con Andrew por medio de la escritura de las cartas que ella se había rehusado escribir anteriormente. Ambos retoman el intercambio de cartas en la Navidad y ella empieza a ver en este tipo de contacto una forma de mantenerse cerca de él por medio de las diferentes noticias que va enviando o recibiendo a lo largo de los años. De ese modo los intereses artísticos de ella son alimentados y animados a través de las misivas de Andrew, y del otro lado ella también niega, anima, o apoya las diferentes empresas que él va trazando para su vida, como la participación en la guerra y la vida militar de su país y su posterior entrada en la vida política de USA. Los encuentros esporádicos de ambos se ven como momentos de alegría espontánea nacida al verse. Se conjuga un lenguaje amoroso visual interesante que es alimentado por las escenas de miradas, abrazos, o cogida de manos entre M. y A. Ante este amor secreto, se presentan en ella situaciones de depresión constante a las que sucumbe como una eterna enfermedad, y son momentos a los que él siempre acude a verla. La infelicidad depresiva es producto de los verdaderos sentimientos que mantiene escondidos causándole una completa desdicha puesto que no se atreve a finiquitar un matrimonio desdichado. Con el tiempo, ella decide divorciarse y termina su relación, pero es tarde. Existe otra mujer en la vida de Andrew, y él también decide casarse y envía una misiva matrimonial que ella también sabe rehusar. El tiempo que pasa entre ellos le da la razón al corazón y a las razones que en este anidan y a las cuales no pueden sobreponerse. Él se escuda en el matrimonio sin amor con una mujer a la que no ama realmente; ella en el arte y cuando no puede más, en el alcohol, los tratamientos, pastillas psiquiátricas y terapias antidepresivas.

Pese a amarse, la vida y sus circunstancias los aleja, pero también mantiene cerca a través de las cartas. Las respuestas y silencios, las alegrías, tristezas y buenas o malas nuevas comentadas a partir de ellas, se convierten en un modo de mantener un contacto poderoso, pero también frágil entre Melissa y Andrew a lo largo de muchos años. Con el tiempo, vencido por el amor, él sucumbe a ese estado al volverla a ver en una Exposición de sus piezas artísticas y se convierte en su amante. Dado el cargo importante que ocupaba dentro de la vida política norteamericana debe mantener bajo la sombra este amor, ocultándolo de la mirada pública. Esto ocasiona problemas en su matrimonio debido a la prensa amarilla que anda en busca de la noticia y provoca rumores de un amorío extramarital del conocido Senador. Se suceden cartas escondidas, llamadas telefónicas subrepticias que interrumpen los encuentros furtivos de ambos, con el tiempo él tiene se ve obligado a dejar de verla y ella sucumbe a un nuevo estado depresivo en el que ella se rehúsa a verlo y le pide ya no escribirle más cartas. Él insiste en seguir escribiendo pero ya no obtiene respuestas. La película culmina con la muerte o sugerido suicidio de Melissa, ante el cual Andrew cierra la película escribiendo la más desgarrada confesión amorosa escrita/dicha que no creo poder volver a escuchar en mi vida ¿Qué decía él en esa carta? Vean la película, y si encuentran algún método para una rápida recuperación de sus efectos, avísenme que lo necesito.

4 comments:

Anonymous said...

Hola busco esta pelicula y no la encuentro en castellano, podiras decirme donde encontrarla porfavor?

Richard Arte Digital said...

¡Gracias por la información acerca de esta hermosa película! Yo me creía el único que le había encantado, ya que la mayoría de los que conozco nunca la han visto. Desde que recuerdo ninguna otra película a excepción de "Amelie" me cautivado tanto. "Cartas de Amor" tiene una trama que te engancha y si es posible, como en mi caso, te saca una que otra lágrima.

Yrinak said...

Hola!!!

Me encantó este resumen.
Lo compartí en mi blog http://yrinak.blogspot.com/2010/09/cartas-de-amor.html

Muchas gracias

Ojitos said...

Genial!! Llevaba mucho buscando el nombre de esta pelicula; al igual que vos la encontre sin querer y ahora despues de mucho, sigo con ganas de verla. Gracias.