Monday, December 11, 2006

Veintinueve años

Hoy cumples un año más y esta tarde se abre un espacio más alegre en el modo en que voy viviendo mi propia vida, siempre un año más atrás de la tuya hermano. Te observo y algo bueno al verte me deja sentir alegría al saberte feliz, sonriente, fuera de ti mismo y de la opacidad con que recubres tantas horas de fármacos y sueño en tu camino. Te observo, te sabes querido y tus ojos brillan como los de un niño, agradeces la sorpresa de cumpleaños a tía y a mamá, y sonríes feliz, te vuelves comunicativo y dejas que te abracen tus tíos y sobrinos. Te ves tan bien, tan bien que ese bienestar me duele.
Ahora pienso que me gustaría que los domingos familiares y los lunes como este fueran el pan de cada día en tu vida. Una bendición peregne, un regalo eterno. Es tu cumpleaños y sin embargo eres tú quien nos da el regalo: estas despierto y sonríes, y esa sonrisa basta para alegrarnos la vida a nosotras que te queremos tanto.
Feliz cumpleaños gordito, te quiero mucho. Gracias por pedirme ayuda al repartir tus tortas y dejarme curiosear entre tus regalos. No nos volvamos a enojar, por favor. Te quiero.