Saturday, August 18, 2007


Estoy regresando a casa, apresurándome a cruzar ese puente escondido entre los árboles, escondido entre palabras nuevas, no sé si distintas a las de ayer o si cargadas todavía de esa memoria. Regreso como el dolor que regresa perfecto en su imperfección circular, con esa necesidad de decir sus recorridos, sus caminos en aquellas mañanas que he llegado a comprender con todas sus tardes y noches. Yo no sé qué es lo que duele, si la melancolía o el vacío, o este eco que me llama todavía a solas detrás de una pantalla, con esa necesidad de reflejar cierto paisaje. He pensado y pasado muchas cosas estos meses de ausencia, he obtenido mucha calma y sabiduría, sobre todo la serenidad necesaria para meditar y escribir con tranquilidad, para sonreír a veces, y además, el tiempo para olvidar una ofensa sin sentido que hoy me resulta risible, estúpida. Algo que si sé es que aún no termino de escribir una historia, me va tomar un tiempo.



Buen viaje, querida Carmen

1 comment:

Dylan Forrester said...

Qué bueno que estes de regreso otra vez, Bellini. Se te extrañaba por aquí y ánimo también para el blog de poemas que te dije. Sería como un pecado que nos prives de tal placer.

Besos, amix.