Saturday, October 15, 2005

La Historia de Ádele Hugo: de literatura, mujeres, obsesiones y locuras.

Para Eduardo Llosa con cariño



Ha sido la primera vez que veo una película de Trauffaut y no he sabido empezar a decir algo sobre un cineasta para mi desconocido aunque tantas veces nombrado por algunos amigos que aman el cine. Las diferentes cosas que he tenido que hacer durante este tiempo, desde lecturas incluyendo las de la tesis, noticias, alborotos, jornadas, coloquios, otras películas, almuerzos, gente nueva, desencuentros, sonrisas, sueños, mudanzas, visiones, distancias y todo ese rollo de cosas que nos pasan y que llamamos vida cotidiana me permitieron ir relegando la escritura de este post con esa suerte de miedo a empezar nada, a ensalzar y/o tachar de un primer tirón una película que sin embargo me dejó impactada. Pero aquí estoy de nuevo. He olvidado no se si a propósito o por carencia toda la multitud de cosas que quería decir y que ya no diré, toda la multitud de formas en que quería empezar a decir algo sobre la película y que empezaban a cambiar inconstantes en la medida que pasaban los días. Como no he encontrado otra he querido empezar por ésta.



Desde que ví la película, hará ahora casi un mes, quedó grabada en mí la mirada de la actriz, esa mirada perdida de una mujer especial, una loca de amor. No me había percatado que el H. abreviado era el Hugo paterno de aquel entrañable escritor de Los miserables hasta el final de la película y a no ser por aquella carta enviada desde casa por Adele mientras escondía su identidad en una ciudad que no era la suya.

(....)

3 comments:

Leo Zelada said...

Saludos Vanesa,

Me ha gustado mucho tu blog,creo que uno de los mas interesantes que he léído por la red.

Te invito a visitar mi naciente blog:
http://leozeladarubengrajeda.blogspot.com/

Espero que el silencio de sor Juana
Ines de la Cruz te acompañe.

Un abrazo.

Vanessa Soldevilla said...

Eduardo!!! :) tu post me ha emocionado, enternecido y alegrado mucho.
Que bueno saber que te gustó la película. Sí, el amor es ciertamente un elemento humano complejo y muchas veces doloroso. No hay malos ni buenos, cada quien mira las cosas desde sus propias perspectivas según sus propias circunstancias y vivencias.
Me enternece de tu post aquello que puede trasladarse a una afirmación real que puede aplicarse a todo el género humano: Todos necesitamos ser amados, locamente amados por alguién especial.
Tú, yo, Truffaut que quedó tan obsesionado e impactado con la historia de la hija de Victor Hugo que se decidió a recrearla en una película, y todas esas gentes que conocemos y aún la que desconocemos y pulula por diferentes lugares de este planeta. La tristeza y la locura es no ser correspondidos, esa es la tristeza de Ádele pienso, su obsesionada perdición.
Pero aún no he terminado de colocar el post, déjame un tiempo más.
También espero nos veamos por la universidad. Cariños y besos para vos también. Vanessa

Vanessa Soldevilla said...

Cursi???? Mmmm :)
Bueno si, tal vez podría llamárseme cursi por pensar así. Pero bueno, lo que escribí refleja lo que pienso y no me avergüenza, aún si a lo mío deba llamársele cursilería. Releí mi post, no creo serlo tanto en todo caso :)
(eso supone que acepto la posibilidad pero que no me siento cursi, jajaja)
Sobre lo de Kierkegaard y su bendito diario, suena interesante ese Don Juan y la aplicación de la lectura de K. al teniente Pinson de la película. Lo que no me gusta es la aplicación de la lectura del amor igualada al arte de la guerra. Supongo que debe ser esa tendencia mía hacía los pacífico, a obtener las cosas por las buenas vías, con las claridades correspondientes sin artimañanas malignas, calculadas, ni doblegadoras de por medio. No se que tanto pueda cumplirse que el amor sea como un campo de batalla en el que haya de ganar quien posea una mejor estrategia.Eso no me suena a amor verdadero. Sobre la película, es de lamentar lo sucedido a aquella Ádele Hugo, porque en verdad se volvió loca Eduardo, la película es clara al respecto, creía en la promesa de ese ser que había señalado amarla, que la había amado y se había acercado a ella calculadamente o no, donjuanescamente o no, creía en ese amor. El mismo Tn. Pinson acepta la posibilidad de haberla amado "te amaba Ádele" - le dice cuando ella le hace la escenita de reclamos que llegan a lo histérico- esa afirmación supone la existencia de un pasado mutuo que se ha desvanecido en el presente. Es la comprensión de ese hecho, el dolor y la obsesión amorosa de la muchacha la que la hace perderse hasta desvariar.
Tu visión no deja por todo ello de ser interesante. Creo además que el libro de K. será una de esas lecturas obligadas que tendré que hacer para poder entender con mayor profundidad desde que lugar piensas lo que piensas y por qué. Algo si es cierto, si sigues con la lista de libros de filosofía que he de leer comenzando por los títulos de tu adorado Nietszche creo que no terminaré nunca.
Saludos y abrazos fraternos.
Vane